Un sistema de riego por aspersión controlado desde un teléfono móvil, una bomba de agua para el riego de valles, un caño activado por pedal, son entre otros los inventos elaborados por escolares peruanos, que se exhiben hasta hoy en la Feria de proyectos escolares organizado, en el Parque de la Exposición.
“Un agricultor desde cualquier parte del Perú, haciendo una llamada al equipo celular insertado en el circuito eléctrico que hemos diseñado puede activar el sistema de riego, incluso el usuario puede programar el tiempo de riego” afirmo Friedrich Cruz, estudiante del colegio San Francisco Solado de la Región Arequipa, quien junto a su compañero Julio Beltrán Quispe diseñaron esta modalidad de riego, sensibilizados por las consecuencias del cambio climático sobre el agua en el Perú.
Este invento y otros pueden apreciarse en la XXI Feria Escolar Nacional de la Ciencia y Tecnología organizado por el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (CONCYTEC), el Ministerio de Educación y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
La competencia, que se inició desde mayo de este año, tuvo una serie de etapas previas, como las disputadas en los colegios, a nivel de Unidades de Gestión Educativa Local (Ugel) y en las regiones.
Quienes logren los cuatro primeros puestos representarán al Perú en la Feria Intel Isef en Estados Unidos, así como en la Feria Mexicana de Ciencias e Ingeniería, la Mostratec en Brasil y en la Feria de Ciencia y Tecnología en Argentina, a realizarse en 2012.
lunes, 21 de noviembre de 2011
miércoles, 5 de octubre de 2011
Clonan por primera vez células madre embrionarias humanas.
Científicos estadounidenses han utilizado por primera vez técnicas de clonación para obtener células madre embrionarias.
Los científicos del laboratorio de la Fundación New York Stem Cell han reprogramado un óvulo adulto humano a un estado embrionario utilizando la tecnología de la clonación, y ha creado una línea de auto-reproducción de las células madre embrionarias de los embriones en desarrollo. Al hacerlo, han logrado "una hazaña que parecía imposible" según la revista ciéntifica Nature, en la que ha aparecido la investigación.
La investigación publicada tiene lugar siete años después de que el surcoreano Woo Suk Hwang engañara a la comunidad científica afirmando haber clonado por primera vez células madre embrionarias humanas.
Según recoge la revista New Scientist el hito científico demuestra que no hay impedimento para clonar células madre humanas, pero presenta un problema: las células contienen un juego extra de cromosomas, lo que significa que no podrían ser nunca utilizadas para el cultivo de tejidos para trasplantes en el paciente del que se clonaron.
En 1996, el nacimiento de la oveja Dolly demostró que era posible poner el ADN de una persona adulta en un óvulo para crear un clon. Desde entonces, los investigadores han tratado de conseguir la creación de las células troncales de un embrión humano clonado. Este nuevo éxito científico podrá ser utinizado tanto para la investigación, como para el desarrollo de tejido para diversas terapias.
Los científicos del laboratorio de la Fundación New York Stem Cell han reprogramado un óvulo adulto humano a un estado embrionario utilizando la tecnología de la clonación, y ha creado una línea de auto-reproducción de las células madre embrionarias de los embriones en desarrollo. Al hacerlo, han logrado "una hazaña que parecía imposible" según la revista ciéntifica Nature, en la que ha aparecido la investigación.
La investigación publicada tiene lugar siete años después de que el surcoreano Woo Suk Hwang engañara a la comunidad científica afirmando haber clonado por primera vez células madre embrionarias humanas.
Según recoge la revista New Scientist el hito científico demuestra que no hay impedimento para clonar células madre humanas, pero presenta un problema: las células contienen un juego extra de cromosomas, lo que significa que no podrían ser nunca utilizadas para el cultivo de tejidos para trasplantes en el paciente del que se clonaron.
En 1996, el nacimiento de la oveja Dolly demostró que era posible poner el ADN de una persona adulta en un óvulo para crear un clon. Desde entonces, los investigadores han tratado de conseguir la creación de las células troncales de un embrión humano clonado. Este nuevo éxito científico podrá ser utinizado tanto para la investigación, como para el desarrollo de tejido para diversas terapias.
jueves, 15 de septiembre de 2011
La ciencia encuentra una oportunidad con las medusas.
Las medusas no son peligrosas, no atacan y "están para comérselas". No hay animal en el mar que desprecie su alto contenido proteico y en Asia forman parte de la dieta popular, que se recomienda además por su valor medicinal, por lo que si su presencia aumentan en el planeta, habrá que aprovecharlo.
El grupo internacional que se reunió en Madrid esta semana para tratar de resolver por qué proliferan estos animales no confirmó hoy ninguno de los supuestos planteados en debate: si es por la acción del hombre o por su natural proceso evolutivo.
"Aún no es posible confirmar que las medusas estén aumentando en todo el planeta", concluyó el grupo de siete biólogos oceanógrafos convocados por la Fundación BBVA para participar en su VI Debate sobre Biología de la Conservación.
Procedentes de seis instituciones de Europa, Australia, Estados Unidos y Asia, los expertos forman parte de un proyecto internacional para determinar las causas y consecuencias del aumento de medusas en todo el mundo, que afecta diferentes sectores de la economía.
Aunque este fenómeno se ha identificado con mayor precisión en zonas como el Mediterráneo o el Mar de Japón, la dificultad de estudiar su comportamiento en aguas profundas, que representan el 70 por ciento de los océanos y donde se inicia su ciclo de vida, imposibilita, sostienen los investigadores, la formulación de tesis concluyentes.
La delicadeza de las medusas, calificadas por los científicos como "las mariposas del mar", es otro de los obstáculos para su estudio riguroso, al que no se dedican más de cien expertos en todo el mundo.
Identificados, entre ellos, como los caballeros "jedi" de las medusas, en un divertido paralelismo con los personajes de la película "la Guerra de las Galaxias", los investigadores han anunciado en Madrid la creación de un banco de datos (Jellyfish Database Initiative/JEDI) para reunir toda la información disponible sobre la proliferación de estos organismos, uno de los animales más antiguos del planeta.
El coordinador del encuentro, Carlos Duarte, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados y director del Ocean Institute de Universidad de Western Australia, adelantó a Efe que el próximo mes de marzo el grupo cuenta con una nueva oportunidad para "alcanzar conclusiones".
"Hemos encontrado que los casos que se usaban como ejemplos (de la proliferación de medusas) realmente se referían a oscilaciones, fenómenos locales y regionales", apuntó Duarte, a favor de un "análisis riguroso de los datos".
Reconoció, sin embargo, que se han señalado acciones del hombre, como el calentamiento de los océanos por el cambio climático -la temperatura incide en el ciclo reproductor de las medusas- y la implantación de estructuras artificiales en los mares, que les sirven de "nidos", entre los factores que inciden en el aumento de sus colonias o enjambres.
Del Instituto del Mar, Josep-Maria Gili, biólogo del Consejo Superior de Investigaciones Superiores (CSIC), aseguró que las medusas "no son una alarma social", que "hay que romper los tópicos" y aprender a convivir con su belleza.
"Basta con saber dónde están y cuándo aparecen para actuar en consecuencia. No tiene sentido sacarlas del mar. Las medusas no nos atacan, son animales pasivos que han demostrado una gran capacidad de adaptación y de las que podemos aprovechar mucho", aseguró.
En Asia ya se la comen, como explicó a Efe Shin-ichi Uye, de la Universidad de Hiroshima, que estudia sus dinámicas de población y la productividad de las principales especies de estos invertebrados. Shin-ichi Uye aseguró a Efe que las medusas, aunque no tan buenas como el pescado, son muy proteínicas y sabrosas, y recordó una receta en ensalada (sunomono kurage), con salsa de soya, sake y vinagre de arroz que él mismo ha probado con agrado y recomienda.
Alertó, sin embargo, que no todas son comestibles hay que ingerir pocas cantidades, porque, aunque casi no tienen calorías y son muy nutritivas, tienen un alto contenido en sal y aluminio.
El grupo internacional que se reunió en Madrid esta semana para tratar de resolver por qué proliferan estos animales no confirmó hoy ninguno de los supuestos planteados en debate: si es por la acción del hombre o por su natural proceso evolutivo.
"Aún no es posible confirmar que las medusas estén aumentando en todo el planeta", concluyó el grupo de siete biólogos oceanógrafos convocados por la Fundación BBVA para participar en su VI Debate sobre Biología de la Conservación.
Procedentes de seis instituciones de Europa, Australia, Estados Unidos y Asia, los expertos forman parte de un proyecto internacional para determinar las causas y consecuencias del aumento de medusas en todo el mundo, que afecta diferentes sectores de la economía.
Aunque este fenómeno se ha identificado con mayor precisión en zonas como el Mediterráneo o el Mar de Japón, la dificultad de estudiar su comportamiento en aguas profundas, que representan el 70 por ciento de los océanos y donde se inicia su ciclo de vida, imposibilita, sostienen los investigadores, la formulación de tesis concluyentes.
La delicadeza de las medusas, calificadas por los científicos como "las mariposas del mar", es otro de los obstáculos para su estudio riguroso, al que no se dedican más de cien expertos en todo el mundo.
Identificados, entre ellos, como los caballeros "jedi" de las medusas, en un divertido paralelismo con los personajes de la película "la Guerra de las Galaxias", los investigadores han anunciado en Madrid la creación de un banco de datos (Jellyfish Database Initiative/JEDI) para reunir toda la información disponible sobre la proliferación de estos organismos, uno de los animales más antiguos del planeta.
El coordinador del encuentro, Carlos Duarte, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados y director del Ocean Institute de Universidad de Western Australia, adelantó a Efe que el próximo mes de marzo el grupo cuenta con una nueva oportunidad para "alcanzar conclusiones".
"Hemos encontrado que los casos que se usaban como ejemplos (de la proliferación de medusas) realmente se referían a oscilaciones, fenómenos locales y regionales", apuntó Duarte, a favor de un "análisis riguroso de los datos".
Reconoció, sin embargo, que se han señalado acciones del hombre, como el calentamiento de los océanos por el cambio climático -la temperatura incide en el ciclo reproductor de las medusas- y la implantación de estructuras artificiales en los mares, que les sirven de "nidos", entre los factores que inciden en el aumento de sus colonias o enjambres.
Del Instituto del Mar, Josep-Maria Gili, biólogo del Consejo Superior de Investigaciones Superiores (CSIC), aseguró que las medusas "no son una alarma social", que "hay que romper los tópicos" y aprender a convivir con su belleza.
"Basta con saber dónde están y cuándo aparecen para actuar en consecuencia. No tiene sentido sacarlas del mar. Las medusas no nos atacan, son animales pasivos que han demostrado una gran capacidad de adaptación y de las que podemos aprovechar mucho", aseguró.
En Asia ya se la comen, como explicó a Efe Shin-ichi Uye, de la Universidad de Hiroshima, que estudia sus dinámicas de población y la productividad de las principales especies de estos invertebrados. Shin-ichi Uye aseguró a Efe que las medusas, aunque no tan buenas como el pescado, son muy proteínicas y sabrosas, y recordó una receta en ensalada (sunomono kurage), con salsa de soya, sake y vinagre de arroz que él mismo ha probado con agrado y recomienda.
Alertó, sin embargo, que no todas son comestibles hay que ingerir pocas cantidades, porque, aunque casi no tienen calorías y son muy nutritivas, tienen un alto contenido en sal y aluminio.
miércoles, 31 de agosto de 2011
Avances en la creación de la invisibilidad
Científicos han creado dos nuevos tipos de materiales que pueden reflejar la luz en la dirección equivocada, dando el primer paso para fabricar una capa de invisibilidad.
Una de las estrategias utiliza un tipo de red de capas de metal que invierte la dirección de la luz, mientras que otra emplea diminutos cables de plata, ambas a escala de nanotecnología, reseñó Reuters.
Los dos son ejemplos de los llamados metamateriales, estructuras creadas de forma artificial que tienen propiedades no presentes en la naturaleza, como un índice de refracción negativo.
Estos dos equipos trabajan por separado y bajo la dirección de Xiang Zhang, del Nanoscale Science and Engineering Center (Centro de Ingeniería y Ciencia a Nanoescala) de la Universidad de California en Berkeley, con financiamiento del Gobierno estadounidense.
Un grupo publicó sus hallazgos en la revista Science y el otro en Nature.
Cada uno de los nuevos materiales funciona invirtiendo la luz en longitudes de onda limitadas, de modo que nadie los utilizará para esconder edificios de los satélites, comentó Jason Valentine, quien trabajó en uno de esos proyectos.
"En realidad no estamos camuflando nada", dijo en una entrevista telefónica. "No creo que tengamos que preocuparnos por gente invisible caminando por ahí dentro de poco. Para ser sinceros, estamos justo al principio de hacer algo como eso", agregó.
Los científicos ya habían conseguido disimular un cilindro de cuero de unos diez centímetros "iluminado" por un rayo de microondas, a frecuencia radar, invisible para el hombre. Pero el experimento estaba limitado a las dos dimensiones, informó Afp.
Los nuevos materiales - o "metamateriales" - son capaces de producir lo que se llama un "índice de refracción negativo", indispensable para invisibilizar los objetos. Con este índice negativo, la luz se desvía en dirección contraria a la normal.
Los metamateriales deben inclinar la luz alrededor del objeto, de manera que lo envuelva y después recupere su forma original, al igual que una corriente de agua recupera su forma tras superar un obstáculo. El observador ya no ve la perturbación en la luz y de esta manera el objeto desaparece a a su vista.
Aunque una de las aplicaciones más inmediatas de estos metamateriales podría ser la construcción de lentillas especiales que permitan ver hasta un virus o las moléculas del ADN, lo que excita más la imaginación tiene que ver con la invisibilidad descrita por autores como H.G. Wells ("El hombre invisible") o J.K. Rowling (Harry Potter).
Una de las estrategias utiliza un tipo de red de capas de metal que invierte la dirección de la luz, mientras que otra emplea diminutos cables de plata, ambas a escala de nanotecnología, reseñó Reuters.
Los dos son ejemplos de los llamados metamateriales, estructuras creadas de forma artificial que tienen propiedades no presentes en la naturaleza, como un índice de refracción negativo.
Estos dos equipos trabajan por separado y bajo la dirección de Xiang Zhang, del Nanoscale Science and Engineering Center (Centro de Ingeniería y Ciencia a Nanoescala) de la Universidad de California en Berkeley, con financiamiento del Gobierno estadounidense.
Un grupo publicó sus hallazgos en la revista Science y el otro en Nature.
Cada uno de los nuevos materiales funciona invirtiendo la luz en longitudes de onda limitadas, de modo que nadie los utilizará para esconder edificios de los satélites, comentó Jason Valentine, quien trabajó en uno de esos proyectos.
"En realidad no estamos camuflando nada", dijo en una entrevista telefónica. "No creo que tengamos que preocuparnos por gente invisible caminando por ahí dentro de poco. Para ser sinceros, estamos justo al principio de hacer algo como eso", agregó.
Los científicos ya habían conseguido disimular un cilindro de cuero de unos diez centímetros "iluminado" por un rayo de microondas, a frecuencia radar, invisible para el hombre. Pero el experimento estaba limitado a las dos dimensiones, informó Afp.
Los nuevos materiales - o "metamateriales" - son capaces de producir lo que se llama un "índice de refracción negativo", indispensable para invisibilizar los objetos. Con este índice negativo, la luz se desvía en dirección contraria a la normal.
Los metamateriales deben inclinar la luz alrededor del objeto, de manera que lo envuelva y después recupere su forma original, al igual que una corriente de agua recupera su forma tras superar un obstáculo. El observador ya no ve la perturbación en la luz y de esta manera el objeto desaparece a a su vista.
Aunque una de las aplicaciones más inmediatas de estos metamateriales podría ser la construcción de lentillas especiales que permitan ver hasta un virus o las moléculas del ADN, lo que excita más la imaginación tiene que ver con la invisibilidad descrita por autores como H.G. Wells ("El hombre invisible") o J.K. Rowling (Harry Potter).
martes, 21 de junio de 2011
A 40 años del gran paso
Hace cuarenta años, tres héroes de la astronáutica pisaban por primera vez el satélite natural de la Tierra: La Luna. Un proyecto millonario y un avance tecnológico sin precedentes hasta entonces se desarrollaban obviando la crisis política internacional entre los dos grandes bloques que protagonizaban la Guerra Fría. La llegada del hombre a la Luna fue definitivamente “un gran paso para la humanidad”.
Desde la primera vez que Galileo Galilei direccionó su telescopio para ver la Luna de la Tierra y las de Júpiter, pasarían tres siglos y medio para que el hombre conquistara el espacio: el 20 de julio de 1969. En esa fecha los astronautas de la misión Apolo XI pisaban el Mar de la Tranquilidad en nuestro satélite natural.
Cuatro días antes de esa fecha, desde el Centro Espacial Kennedy, se lanzaba el cohete Saturno V, que llevaba a Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Aldrin a un viaje de casi 385 mil kilómetros hasta la Luna. Unos días después, el módulo lunar Eagle descendía, y el Comandante Armstrong pisaba el satélite, pronunciando su recordada frase: “Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad”, con la transmisión de la señal para 500 millones de personas en todo el mundo.
Algunos detractores manifestaron que el costo del viaje, de aproximadamente US$ 25.000 millones (unos US$ 130 mil millones en la actualidad) podrían haberse utilizado para otros fines. Sin embargo, habría que tener en cuenta que el desarrollo de esta misión no sólo sirvió para explorar e investigar la Luna, sino para desarrollar la industria espacial, ya que unas 400 mil personas se vieron directamente contratadas para el programa y otras miles, indirectamente.
Si bien es cierto que el objetivo principal era estudiar las características físicas de nuestro satélite, también se gestó un nuevo panorama en las investigaciones tecnológicas y científicas, especialmente en la salud. Permitió el desarrollo de los equipos de diálisis, nuevos artefactos de comunicación satelital, que posteriormente dio pie al Sistema de Posicionamiento Global (GPS), equipos de bomberos, generador de imágenes médicas, plásticos envasados, comidas para bebés, botas de esquí, herramientas para automóviles, etc.
¿Se podría decir entonces que el Apolo XI revolucionó el mundo científico? Sí, inclusive dio pie a que millones de personas en el mundo tuvieran la posibilidad de imaginarse un nuevo esquema en el concepto de la ciencia. Con esta misión, se rompió cualquier intento de poner límites a la invención humana y a los obstáculos superficiales en cuanto a conocimiento de la astronomía y la astronáutica. Aunque, por cierto no hay que olvidar algunos desaciertos cometidos dentro del programa espacial, como la explosión del Challenger, por citar un ejemplo, y otras tragedias que enlutaron los campos de lanzamientos de transbordadores.
Conquista del espacio
Para el 2020, la NASA prepara otra misión a la Luna; esta vez, con el objetivo claro de establecer una base estable, capaz de desarrollar la investigación científica y para servir como plataforma para otras misiones dentro y fuera de nuestro sistema solar. Cada vez, el mundo se queda más pequeño para el conocimiento humano y muy reducido para los intereses que muchos habitantes terrícolas podamos tener.
Por ello, a cuatro décadas de aquella gran hazaña, que significó la apertura de nuevos horizontes científicos y logros humanos, que evidenciaron la capacidad de derribar mitos y muros insostenibles, y más allá de que algunos se muestren escépticos y hasta inmunes a la grandeza científica, el Apolo XI abrió la puerta de la técnica y la ciencia al servicio del hombre.
Los de acá
Para el directivo del Centro de Difusión e Investigación Astronómica de Paraguay (Cedia), Félix Piriyú, la humanidad no puede quedarse eternamente en la Tierra; los recursos son escasos y de la manera en que los usamos no son renovables, por ello la Luna es nuestra primera parada y la más importante.
Respecto al desarrollo de la astronomía y de la astronáutica en el país, Piriyú afirmó que Cedia tiene la intención de presentar un proyecto de ley para instaurar la enseñanza formal de la astronomía en las aulas y posteriormente crear una facultad, en alguna universidad.
En 1970, el Gobierno de los Estados Unidos obsequió al Ministerio de Defensa Nacional una roca lunar, que se encuentra actualmente en el Museo de Historia Militar. Aunque, por la conmemoración del aniversario del viaje del Apolo XI, se le entregó en calidad de préstamo, al Planetario Buenaventura Suárez de Asunción.
Fiesta de estrellas
La llegada del hombre a la Luna no es la única conmemoración, ya que se recuerda también los 400 años desde que el astrónomo Galilei extendió su telescopio al cielo y revolucionó el mundo científico con la comprobación de teorías negadas por el oscurantismo de la Iglesia católica, como la heliocéntrica. Además, se festejará el cuarto siglo de la aparición de Astronomía nova, de Johanes Kepler, en la cual detalla los movimientos de los planetas. Para ello, se realizarán charlas, debates, observaciones, cursos y excursiones en varios países del mundo. Todo esto, en el marco del Año Internacional de la Astronomía. También se construirán réplicas del primer telescopio galileano y se harán maquetas del universo para el mejor aprendizaje.
En Paraguay, el Club de Astrofísica tiene a su cargo la realización de este emprendimiento planetario y nodo nacional está coordinado por el Ing. Miguel Volpe. A comienzos de febrero, se lanzó el evento en la ciudad de Concepción.
Desde la primera vez que Galileo Galilei direccionó su telescopio para ver la Luna de la Tierra y las de Júpiter, pasarían tres siglos y medio para que el hombre conquistara el espacio: el 20 de julio de 1969. En esa fecha los astronautas de la misión Apolo XI pisaban el Mar de la Tranquilidad en nuestro satélite natural.
Cuatro días antes de esa fecha, desde el Centro Espacial Kennedy, se lanzaba el cohete Saturno V, que llevaba a Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Aldrin a un viaje de casi 385 mil kilómetros hasta la Luna. Unos días después, el módulo lunar Eagle descendía, y el Comandante Armstrong pisaba el satélite, pronunciando su recordada frase: “Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad”, con la transmisión de la señal para 500 millones de personas en todo el mundo.
Algunos detractores manifestaron que el costo del viaje, de aproximadamente US$ 25.000 millones (unos US$ 130 mil millones en la actualidad) podrían haberse utilizado para otros fines. Sin embargo, habría que tener en cuenta que el desarrollo de esta misión no sólo sirvió para explorar e investigar la Luna, sino para desarrollar la industria espacial, ya que unas 400 mil personas se vieron directamente contratadas para el programa y otras miles, indirectamente.
Si bien es cierto que el objetivo principal era estudiar las características físicas de nuestro satélite, también se gestó un nuevo panorama en las investigaciones tecnológicas y científicas, especialmente en la salud. Permitió el desarrollo de los equipos de diálisis, nuevos artefactos de comunicación satelital, que posteriormente dio pie al Sistema de Posicionamiento Global (GPS), equipos de bomberos, generador de imágenes médicas, plásticos envasados, comidas para bebés, botas de esquí, herramientas para automóviles, etc.
¿Se podría decir entonces que el Apolo XI revolucionó el mundo científico? Sí, inclusive dio pie a que millones de personas en el mundo tuvieran la posibilidad de imaginarse un nuevo esquema en el concepto de la ciencia. Con esta misión, se rompió cualquier intento de poner límites a la invención humana y a los obstáculos superficiales en cuanto a conocimiento de la astronomía y la astronáutica. Aunque, por cierto no hay que olvidar algunos desaciertos cometidos dentro del programa espacial, como la explosión del Challenger, por citar un ejemplo, y otras tragedias que enlutaron los campos de lanzamientos de transbordadores.
Conquista del espacio
Para el 2020, la NASA prepara otra misión a la Luna; esta vez, con el objetivo claro de establecer una base estable, capaz de desarrollar la investigación científica y para servir como plataforma para otras misiones dentro y fuera de nuestro sistema solar. Cada vez, el mundo se queda más pequeño para el conocimiento humano y muy reducido para los intereses que muchos habitantes terrícolas podamos tener.
Por ello, a cuatro décadas de aquella gran hazaña, que significó la apertura de nuevos horizontes científicos y logros humanos, que evidenciaron la capacidad de derribar mitos y muros insostenibles, y más allá de que algunos se muestren escépticos y hasta inmunes a la grandeza científica, el Apolo XI abrió la puerta de la técnica y la ciencia al servicio del hombre.
Los de acá
Para el directivo del Centro de Difusión e Investigación Astronómica de Paraguay (Cedia), Félix Piriyú, la humanidad no puede quedarse eternamente en la Tierra; los recursos son escasos y de la manera en que los usamos no son renovables, por ello la Luna es nuestra primera parada y la más importante.
Respecto al desarrollo de la astronomía y de la astronáutica en el país, Piriyú afirmó que Cedia tiene la intención de presentar un proyecto de ley para instaurar la enseñanza formal de la astronomía en las aulas y posteriormente crear una facultad, en alguna universidad.
En 1970, el Gobierno de los Estados Unidos obsequió al Ministerio de Defensa Nacional una roca lunar, que se encuentra actualmente en el Museo de Historia Militar. Aunque, por la conmemoración del aniversario del viaje del Apolo XI, se le entregó en calidad de préstamo, al Planetario Buenaventura Suárez de Asunción.
Fiesta de estrellas
La llegada del hombre a la Luna no es la única conmemoración, ya que se recuerda también los 400 años desde que el astrónomo Galilei extendió su telescopio al cielo y revolucionó el mundo científico con la comprobación de teorías negadas por el oscurantismo de la Iglesia católica, como la heliocéntrica. Además, se festejará el cuarto siglo de la aparición de Astronomía nova, de Johanes Kepler, en la cual detalla los movimientos de los planetas. Para ello, se realizarán charlas, debates, observaciones, cursos y excursiones en varios países del mundo. Todo esto, en el marco del Año Internacional de la Astronomía. También se construirán réplicas del primer telescopio galileano y se harán maquetas del universo para el mejor aprendizaje.
En Paraguay, el Club de Astrofísica tiene a su cargo la realización de este emprendimiento planetario y nodo nacional está coordinado por el Ing. Miguel Volpe. A comienzos de febrero, se lanzó el evento en la ciudad de Concepción.
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