Cubren 71 por ciento de la superficie terrestre y contienen el 97 por ciento del agua del planeta, aunque el 95 por ciento del espacio submarino permanece inexplorado. Alientan la vida del 50 por ciento de todas las especies en la Tierra y ayudan a la vida terrestre aportándole el 20 por ciento de la proteína animal y el 5 por ciento de la proteína de la dieta humana.
Los océanos en peligro. El cambio climático más el hombre los han puesto en jaque. La acidez ha aumentado en 30 por ciento por la cantidad de dióxido de carbono, alterando el equilibrio químico que provoca alteraciones en las especies que producen exoesqueletos, como el fitoplancton y los corales, fundamentales en la cadena trófica.
No sólo el aumento en el CO2 lo afecta. La contaminación derivada de la actividad humana y la sobrepesca lo están matando.
Esto quedó claro en el reciente Green Forum en Miami, donde se sugirieron acciones como crear una red de áreas marinas protegidas para salvar la vida que alberga.
"Una sola zona marina protegida como si fuese un vivero puede aumentar en 400 ó 500 por ciento la población de peces respecto del período anterior", aseguró Terry García, miembro del Comité Nacional de Estados Unidos para el Censo de la Vida Marina.
García advirtió de que en los últimos cuarenta años un tercio de la pesca se ha agotado y que "el 90 por ciento de los grandes depredadores marinos, como atunes, tiburones o meros, ha sido eliminado".
Si la actividad pesquera y la acción humana continúan ese curso, en 2049 el cien por ciento de la pesca en todos los océanos "habrá colapsado", aseguró en el foro organizado por la Fundación ABC, National Geographic y la Escuela de Ciencias Marinas de la Universidad de Miami (UM).
Briam J. Soden, oceanógrafo y profesor de meteorología de la UM, destacó que el calentamiento global generado por la actividad humana, tiene como consecuencia directa profundos cambios en el ecosistema marino, el aumento del nivel del mar y el incremento de la temperatura.
En 100 años, precisó García, el ser humano alteró un equilibrio que se mantuvo durante 20 millones de años.
Peter Lehner, director ejecutivo del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales subrayó la importancia de concienciar a la gente sobre el frágil equilibrio en los océanos y la necesidad de "proteger la vida marina y la cadena alimentaria".
Alertó sobre el efecto destructor de los gases de efecto invernadero emitidos por vehículos y plantas industriales en la vida de los peces, que lo absorben.
Puso de relieve que la acidez de las aguas marinas aumentó un 30 por ciento en los últimos 100 años.
La sobre explotación, la contaminación, la acidificación y el calentamiento global ponen en peligro los océanos.
Como dijo Jean-Michel Cousteau, "todos estamos conectados a un ecosistema. Lo que va a los océanos, vuelve a tierra".
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